Voy a soñar que estoy sentada ante el viejo buró, con tintero y pluma en mano, y que tengo todo el tiempo del mundo... porque soñar no cuesta nada.

domingo, 29 de junio de 2014

SONIDO DE INFANCIA


A veces, un olor, un sonido, un gesto o una palabra despiertan en nuestra memoria un recuerdo lejano con tal intensidad que nos hace viajar en el tiempo y revivir un momento como si realmente estuviésemos allí mismo. Esto sucede cuando menos te lo esperas y el motivo que activa ese recuerdo puede ser de lo más absurdo y ridículo. Hace poco, me ha ocurrido.

Una mañana, mientras conducía, escuchaba en la radio un programa en el que hablaban de canciones que fueron número uno hace años. Década de los 70, mis años de infancia. Según explicó el locutor, durante varias semanas de la primavera de 1973 fue número uno la canción Forever and Ever, de Demis Roussos. Los que tengan ya cierta edad, recordarán a aquel señor enormemente voluminoso, de frondosa barba, espesas cejas y melena despeinada, siempre ataviado con llamativas túnicas talla xxl, con una estética que probablemente ahora no le ayudaría a encumbrarse en las listas. Y es que antes primaba más tener una buena voz. Este cantante griego-egipcio, además de hipnotizar con su deslumbrante mirada, bordaba con sus cuerdas vocales las románticas baladas que hacían furor en aquella época.

Las notas musicales me trasladaron inmediatamente al pasado. De repente, yo ya no estaba al volante de mi coche, por unos segundos—mágicos, por cierto—, me encontré en otro lugar.

Era una cálida noche de verano. En el Molino. Con mi hermana María, Miriam, Belén y Manolo. Pude sentir el olor de los pinos que nos rodeaban y los sonidos nocturnos de la naturaleza estival: el rumor del río, el canto de los grillos, el caño de agua en el estanque de los patos,… Cinco niños jugando en el Paraíso.

(Aunque el Molino es mucho más. Es primavera, verano, otoño e invierno; mañanas, tardes y noches; es muchos más niños, y muchas otras canciones; infancia, adolescencia y juventud. Muchos momentos, infinitos recuerdos. Es otra historia para ser contada)