LA
SITUACIÓN
Cuando salió del centro comercial
ya había anochecido. Llevaba varias bolsas con paquetes envueltos en papel de
regalo. Caminó hasta su coche y guardó las compras en el maletero. Condujo
hasta su casa y aparcó en el garaje. Saludó con un beso a su marido y a su hijo,
y se dirigió al cuarto de baño, donde empezó a desmaquillarse.
ÉL
Mi esposa llegó a casa más tarde
de lo habitual. Seguramente había tenido
un día agotador en el trabajo. Esa mañana incluso se había ido a la oficina más
temprano de lo que acostumbraba. La observé cuando estaba ante el espejo
desmaquillándose, me pareció distraída y tan absorta en sus pensamientos que ni
siquiera reparó en mi presencia mientras me desnudaba para darme una ducha.
ELLA
Llegué a casa, por fin, después
de un día agotador. Me había levantado muy temprano para llegar a la oficina
antes de mi hora habitual y así poder salir un poco antes. Faltaban muy pocos
días para Navidad y aún no había comprado los regalos. No podía demorarlo más, así que, después de dos horas de dudas e
indecisiones en el centro comercial, volví con los paquetes en el maletero del
coche. Mientras me desmaquillaba ante el espejo, no podía dejar de darle
vueltas al asunto: «¿Habré acertado esta vez?»
ELLOS
Llegó a casa, agotada después de
haber pasado todo el día fuera. Se había levantado muy temprano para llegar a
la oficina antes de su hora habitual y así poder salir un poco antes. Faltaban
muy pocos días para Navidad y aún no había comprado los regalos. No podía
demorarlo más, así que, después de dos horas de dudas e indecisiones en el
centro comercial, volvió con los paquetes en el maletero del coche. Besó a su
marido y a su hijo, y se dirigió al cuarto de baño pues necesitaba asearse y
ponerse cómoda. Su marido la siguió y la observó mientras él se desnudaba para
darse una ducha, pero ella ni siquiera reparó en su presencia. Se estaba desmaquillando
ante el espejo y no podía dejar de darle vueltas al asunto: «¿Habría acertado
esta vez?»
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